
Sinopsis
Cuando te roban todo lo que amas, ¿queda algo por lo que luchar?
Amanece el día de los Quincuagesimos Juegos del Hambre y el miedo atenaza a los distritos de Panem. Este año, en honor al Vasallaje de los Veinticinco, se llevarán de sus hogares al doble de tributos.
En el Distrito 12, Haymitch Abernathy intenta no pensar demasiado en sus probabilidades. Lo único que le importa es que se acabe el día para poder estar con su chica.
Cuando anuncian el nombre de Haymitch, todos sus sueños se rompen en pedazos. Lo separan de su familia y de su amada, y lo envían al Capitolio con los otros tres tributos del Distrito 12: una amiga que es casi como una hermana pequeña para el, un chico obsesionado con analizar apuestas y la chica más estirada de la ciudad. Cuando empiezan los Juegos, Haymitch comprende que en el Capitolio quieren que fracase. Sin embargo, algo dentro de el desea luchar… y que el eco de esa lucha llegue mucho más allá de la mortífera arena.
¿Por qué lo hemos leído?
Desde que leímos Los Juegos del Hambre nosotras solo pedíamos que Suzanne Collins hiciera un libro sobre los juegos de Haymitch, ya que nos parecía un personaje de los más complejo e interesante y necesitábamos saber qué es lo que llevó a solo querer ver el fondo de una botella.
Y dios mío… ¡nuestras plegarias fueron escuchadas!, muchos años después, pero oye, mejor tarde que nunca.
Reseña
Haymitch acaba de cumplir 16 años y resulta que cumple el mismo día de la cosecha. Pero este año es algo especial, ya que es el vasallaje de los 25, así que el Capitolio ha decidido que este años habrá cuatro tributos por cada distrito. Por cosas de la vida Haymitch acaba siendo uno de ellos.
Haymitch se ha dado cuenta que lo tiene todo en contra pero quiere sobrevivir, y si no lo hace, por lo menos que las “mentiras” del Capitolio caigan con él. No quiere ser una marioneta más ni un objeto cualquiera.
La ambientación es maravillosa. Nos ha encantado visualizar la evolución de la arena, comparada con Baladas de pájaros cantores y con los Juegos del Hambre, pero sobre todo hemos vivido la angustia, la tristeza y la ira que sienten los tributos.
Reconocemos que hemos dado saltos de alegría cada vez que se hacía alguna referencia o aparece algo o alguien del resto de libros de la saga.
El ritmo al principio es más pausado, que no lento. Todo es extremadamente interesante y ver cómo empiezan a fraguarse pequeñas mentalidades y comportamientos ha sido una delicia.
La estructura del libro es perfecta para mantenerte en vilo, y sí, nos hemos comido los plot twist uno a uno, ¡y encantadas! No hemos visto venir muchas cosas a pesar de que sabíamos cómo iba a acabar la historia (o por lo menos eso pensábamos nosotras).
Todos los personajes son importantes en mayor o menor medida, y aunque parezca que no, todos aportan algo haciendo que la historia se enriquezca.
Reconocemos que al principio nos costó un poco reconocer a Haymitch, la imagen que teníamos de él se alejaba mucho del niño de 16 años que es elegido en la cosecha. La verdad es que nos hemos enamorado locamente de él.
Sabíamos a dónde nos iba a llevar la historia, más que nada porque todos sabemos el final, pero recorrer el camino hasta allí ha sido extremadamente gratificante y duro… durísimo.
Podríamos decir que hemos acabado este libro, pero sinceramente, el libro ha acabado con nosotras porque estamos totalmente devastadas. Y si el libro en vez de casi 500 páginas tuviera 800 las habíamos leído con gusto, porque se nos ha hecho cortísimo.
Ha sido un viaje increíble. Cuando leímos Los Juegos del Hambre dimos por hecho muchas cosas de algunos personajes, pero este libro nos ha puesto un punto en la boca y nos ha vuelto a recordar lo gratificante que fue en su momento ver a Snow y al Capitolio caer.



Y vosotros, ¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido? Os leemos en comentarios y en nuestras redes sociales.
