Un hombre y su hija adolescente asisten a un concierto de música pop. Pronto, el padre se da cuenta de que hay algo raro en el ambiente, y de que algo inquietante está sucediendo.

No se por donde empezar, la premisa me llamó la atención desde el minuto uno y si ves el trailer la vas a querer ver, pero para eso estoy yo, para advertirte de lo que vas a encontrar y es que mi problema con esta película es que yo la dividiría en dos. 

La primera parte es lo que se ve en el trailer. Un padre acompaña a su hija a un concierto de la figura pop del momento (al más puro estilo Taylor Swift), cuando se da cuenta de que todo está lleno de policía, FBI y demás. Resulta que hay un asesino en serie en ese concierto y todo se ha vuelto una trampa para poder atraparlo. 

Y todo pinta bien a pesar de lo irreal que es. Pero nos veremos envueltos en como nuestro queridísimo Josh Hartnett tiene que encontrar la manera de salir de ahí sin que lo pillen. Y toda esa parte me ha flipado, lo juro. 

Y ver esa parte psicológica de un psicópata de manual que necesita mantener la calma, controlar toda la situación (que no es fácil) y fingir que todo va bien delante de su hija me ha gustado.

Pero llega un punto… que la cosa va hacia abajo y sinceramente no hay por donde cogerlo. Todo se vuelve ilógico, hay cosas que suceden que parecen sacadas de lo fantástico, y un final sin sentido, que para mi desgracia echa por tierra todo lo anterior.

Así que mi recomendación es ver la primera hora y quedarte ahí.

¿La habéis visto? Contarnos en comentarios.

A.🔵