Sinopsis

Avery Sinclair es conocida por ser la imagen del hotel Merry, pero también es amable, risueña, carismática y guapísima. Sus seguidores lo saben más que nadie; lo que desconocen es que su vida no es tan idílica como parece.

La obsesión de Asher Brooks es salir con cuantas más mujeres, mejor. Su principal preocupación es defraudar a su amigo y jefe Noah Merry. Por eso, no puede negarse a su propuesta.

En un pueblo perdido de Vermont, Avery y Asher tendrán que levantar un pequeño hotel rural recién adquirido. Avery solo quiere desaparecer y Asher sabe que, cuanto antes terminen, antes podrá volver a su vida en la gran ciudad.

Ambos están preparados para Silverwood: nieve, paseos en trineo, galletas de canela y manzana, cabañas con vistas increíbles y una Navidad blanca totalmente alejada del bullicio de Nueva York. En conclusión: tranquilidad. Poco saben que les espera de todo menos eso.

¿Por qué lo he leído?

Cuando se acercan estas fechas suelo ser poseída por un elfo de Papá Noel que solo quiere comer galletas de jengibre en frente de un árbol de navidad lleno de regalos con una chimenea de fondo. 

Para este mood festivo solo necesito tres cosas: villancicos, chocolate caliente y un romance navideño como el que promete este libro.

RESEÑA

Tras el éxito del Hotel Merry en Nueva York, Noah quiere expandir su negocio comprando un hotel rural en un pueblo perdido de Vermont, el lugar perfecto para relajarse si lo que te gusta es la tranquilidad, las montañas y la nieve.

Para que todo funcione solo confía en Asher y Avery, su mejor amigo y su exitosa comunity manager. 

Para él el aislamiento es un problema grave, pero para ella es la oportunidad perfecta para alejarse de las redes y desconectar en un sitio tranquilo, pero claro… con la cantidad de cosas que esconde cada uno, antes de deshacer la maleta ya están hasta arriba de problemas.

Al tratarse de un romance navideño, es fácil imaginarse de qué va a ir la trama. Chico mujeriego que odia la navidad porque tiene una colección de traumas, chica famosa con miedos que no quiere comprometerse, una amistad llena de tensión sexual y todo rodeado de un paisaje ideal si tu sueño es convertirte en un elfo de Papá Noel, que era justo lo que yo quería.

Y aunque yo iba con la actitud de Mariah Carey dispuesta a disfrutar de este friends to lovers, mi espíritu navideño me duró menos que el turrón de Suchard. 

El principio me gustó mucho porque los conflictos de los personajes contrastan mucho y había ciertas subtramas que parecían interesantes, pero la tensión entre ellos se resuelve antes de la mitad del libro y desde ese momento las escenas se repiten una y otra vez, dejando otros temas totalmente de lado y convirtiendo la historia en algo lineal, precipitado e insulso.

Y eso que los protas prometían bastante porque los conocíamos por encima del libro anterior, donde parecían dos personas muy superficiales y en este se descubre que ambos tienen sus fantasmas. 

La verdad es que no puedo decir que me hayan caído mal pero me han sorprendido poco, porque aunque sus conflictos son grandes, la forma de resolverlos es bastante simple, así que no he empatizado demasiado con ellos ni con sus decisiones, ya que estas eran bastante predecibles.

Igual que los plot twist, que se ven venir a kilómetros. 

Eso en un libro de romance no suele ser un problema para mí porque por lo general voy con unas expectativas muy concretas y quiero que pase lo que tiene que pasar, pero cuando eso ocurre antes de la mitad del libro, lo demás me resulta aburrido y repetitivo.

Además, en este caso, había una subtrama que estaba clara que iba a ocurrir pero que debería darle algo de misterio al argumento, pero la forma en la que sucede es taaaan rápida, básica y precipitada que me ha parecido que sobraba totalmente.

Aun así, el ritmo es ágil porque la pluma de la autora es ligera y es de estos libros que bien puedes leer en un fin de semana tranquilito mientras comes turrón con villancicos de fondo.

La ambientación también me ha gustado mucho. Es fácil imaginarte en un pueblo rodeado de montañas, lagos y cabañas. Y hasta yo, que soy una chica de ciudad, he sentido unas ganas locas de pasar unos días invernales allí, a los pies de una chimenea bebiendo chocolate caliente.

Y en cuanto al final, bueno,  es el esperado desde el capítulo uno. 

A mí personalmente no me ha disgustado porque creo que en estos libros es el que tiene que ser, pero al no tener chicha entre medias, me ha parecido plano y aburrido.

Vamos, que como podéis comprobar el libro no me ha encantado. La premisa está bien para estas fechas pero todo lo demás lo he sentido demasiado rápido, predecible y repetitivo. 

Es cierto que se lee rápido porque al no tener demasiado misterio tampoco se necesita mucha concentración, pero esperaba algo más de sustancia de unos personajes que prometían más de lo que han dado.

Y vosotros, ¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido? Os leemos en comentarios y en nuestras redes sociales.

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