Avery Morgansten necesita huir del recuerdo de una noche fatídica, e irse a la universidad a miles de kilómetros de su casa parece ser el único modo de hacerlo. Solo tiene que centrarse en sus clases, en hacer amigos y, sobre todo, en no llamar la atención.
Hay cosas que merece la pena experimentar.
Cameron Hamilton es un metro noventa de irresistible atractivo completado por un par de imponentes ojos azules. Avery sabe que debería mantener las distancias, pero ignorar la tensión entre ellos, que saca un lado de ella que ni siquiera sabía que existía, es imposible.
Hay cosas que no deberían mantenerse en secreto.
Sin embargo, cuando Avery empieza a recibir correos electrónicos llenos de amenazas, tendrá que enfrentarse al pasado que tanto le ha costado dejar atrás. Pero, cuando la verdad salga a la luz…, ¿podrá seguir contando con Cam?
El secreto de volver a empezar es darte otra oportunidad para ser feliz.
El primer amor no se olvida, solo se supera y se aprende a vivir con su recuerdo. Hasley debe seguir con su vida, pasar página y mirar hacia delante. Cuando su madre le dice que es hora de continuar y dejar el pasado atrás, esas palabras se le clavan como puñales en el alma. Ella es joven y tiene todo el tiempo del mundo para rehacer su vida. una vida que está llena de oportunidades, aunque todavía no pueda verlas. Todo cobra un nuevo sentido con la aparición de Harry Beckinsale, licenciado en Derecho y unos años mayor que ella.
¿Será esta la nueva oportunidad para que su sueños con Luke puedan descansar junto a su memoria?
Reseña
Sigo pensando que esta chica escribe muy bien, se expresa muy bien, se centra en los detalles, pero, hija, te vendes fatal. Si me hubiera leído las sinopsis antes de comprar los libros, te prometo que no los hubiera adquirido.
Centrándonos un poco en la trama del libro, esta continuación de Boulevard trata sobre el proceso de duelo de Hasley. Ella comienza la universidad junto al único amigo que no le ha dado la espalda después de todo lo vivenciado en el instituto. Comenta su superación personal y emocional, enfatizando la progresión tras acudir a la psicóloga.
Como bien dice la autora, en un momento crítico de su duelo, Hasley se encuentra con el profesor Beckinsale, sólo un par de años mayor que ella, pero un pro del derecho, ¡viva la sapiosexualidad! (aunque, como no, le describe como un pibonazo). Muy poco a poco, Hasley se va abriendo más a nuevas experiencias, y aquí me callo para no hacer más spoilers.
Me gusta mucho que reutilice la ambientación simbólica de la novela anterior para dar énfasis al proceso de duelo y cómo va gestionando las situaciones y emociones en cada momento diferente.
Me gustaría volar contigo, no prometo que todo nos saldrá bien, pero sí me esforzaré para que así sea.
ALERTA MINI SPOILER PSICOLÓGICO. Me agrada ver ese proceso en la persona de Hasley, ese cambio de perspectiva del dolor, se aprecia que la autora se encontraba también en un proceso de duelo y ha volcado en el libro su propia gestión.
Perder a alguien no significa tener que olvidarle, sino, con tiempo y trabajo personal y profesional, hacer un cambio de mirada para que ese recuerdo nos genere emociones positivas en vez de centrarnos en la pérdida.
Es imposible olvidar a una persona a la que quieres, puedes difuminar determinados aspectos con el tiempo, pero esa persona siempre va a estar ahí siempre. Y este es un mensaje que como psicóloga repito mucho a mis pacientes y me he sentido muy confortada cómo Flor lo ha llevado al papel.
Ella va más allá del nuevo amor y el morbo, se centra en lo importante de las relaciones, la paciencia, el respeto y la confidencialidad. Ligado a esto, otra de las cosas que me gusta de Flor es que no le hace falta usar connotación sexualizada para crear un ambiente de afecto, y el hecho que lo trate con tanta amabilidad es una de las razones por las que me animé a leer este segundo libro, aparte de por hacer un seguimiento a Hasley.
Siguiendo con el punto de vista en los personajes principales, procedamos a hablar de “Beck”. Podría estar horas hablando de lo bien que considero que está enmarcado y detallado dentro de la trama de Hasley, pero, su subtrama también me encanta.
No deja de ser el típico hombre superhéroe que está siempre en el momento indicado, pero siempre desde un lado de protección fraternal, dejando de lado esa imagen de macho alfa. A parte, un cafetero…. entre cafeteros nos caemos bien siempre.
Otro punto muy fuerte de esta novela son los símiles. Entre mis favoritos, el de comparar una persona en duelo con una flor marchita. A la que con un poco de mimo y esfuerzo, puede recomponerse y florecer más “bella” que antes.
Te regaré siempre para que florezcas mejor que el día anterior.
Utiliza un ritmo lento pero a la vez hace uso de saltos temporales para poder ir a lo importante de la trama.
Por otro lado, no es una novela que tenga puntos de inflexión o giros en el argumento. Te vas esperando tras cada frase que lees el desenlace, pero no considero que esto sea lo importante, sino lo que he explicado sobre estas líneas.
Desde que decidí leerme esta saga para salir de mi bloqueo literario, A. siempre me decía que me dejaría la camiseta que tiene ella de Boulevard en la que pone “yo también lloré con Boulevard” y, como pa no… con la declaración de amor de Harry a Hasley, esto si es una green flag en condiciones. Y no voy a desvelar nada más del final, que bastante he comentado. Eso sí, las últimas páginas, son telita.
Como conclusión, sólo recordar que las heridas las tenemos que dejar cicatrizar, para que cuando las miremos solo pensemos y recordemos que eran marcas de un aprendizaje que ha dado como resultado una mejor versión de tods nosotros misms. Es natural que tras un fallecimiento de un ser querido tengamos sentimientos de tristeza y soledad. Está bien tenerlos, no tenemos que ponernos barreras para dejar de sentirlo, porque las heridas se curan sintiendo todo tipo de emociones, respetando los tiempos de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Y vosotros, ¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido? Os leemos en comentarios y en nuestras redes sociales.
¿Quién dijo que después de la tormenta sale el sol, cuando puede haber un rayo?
Luke Howland, lleno de problemas y sumido en una desesperación profunda, y Halsey Weigel, tan despìestada como optimista, no se ajustan al prototipo de pareja perfecta. Como si cada uno fuese un cielo, uno es tormenta y el otro, un día soleado: él es oscuridad. Ella, un rayo de sol. Y, sin embargo, juntos decidieron ponerle nombre a lo que habían creado: un boulevard teñido de tonos grisáceos y de azules celestes y eléctricos preparándose para la tormenta. Ella era para él y él era para ella.
Una historia de amor tan única que te marcará para el resto de tus días
¿A quién besarías, con quien te casarías y a quién matarías?
Cuando sus amigas le hacen esta pregunta, Olivia James lo tiene claro:
Besaría a Ezra Johnson, porque está cañón.
Se casaría con Mateo Ford, porque además de ser guapísimo tiene buen corazón.
Y… mataría a Jax DeLuca, porque es la persona más idiota e inaguantable que conoce.
Después de su primer encuentro años atrás, cuando Jax la convirtió en el hazmerreír del instituto, Olivia se juró a sí misma que siempre lo odiaría. ¡Siempre!
Y ahora, sin darse cuenta, en lugar de enviar la respuesta a sus amigas, manda el mensaje al chat grupal donde están tooodos sus compañeros de clase… ¡Incluidos esos tres chicos!
Olive Smith es una doctoranda de tercer año que no cree en las relaciones amorosas duraderas, pero su mejor amiga, Ahn, sí, y por eso Olive se ha metido en un lío monumental. A Ahn le gusta el exnovio de Olive, pero jamás daría el primer paso porque es una buena amiga. A Olive no le va a resultar nada fácil convencerla de que ha pasado página, puesto que los científicos necesitan pruebas. Por eso, como cualquier mujer con un mínimo de amor propio, se deja llevar por el pánico y besa al primer hombre con el que se encuentra para que Ahn la vea.
Ese hombre es nada más y nada menos que Adam Carlsen, un joven profesor tan reputado por la calidad de su trabajo como por su imbecilidad. Así que Olive se queda de piedra cuando Carlsen accede a mantener su farsa en secreto y ser su novio falso. Sin embargo, después de que un importante congreso científico se convierta en un desastre y Adam vuelva a sorprenderla con su apoyo inquebrantable (y sus inquebrantables abdominales), su pequeño experimento se acerca peligrosamente al punto de combustión. Olive no tarda en descubrir que la única cosa más complicada que una hipótesis sobre el amor es analizar su propio corazón bajo el microscopio.
Y el arte del engaño para cambiar las leyes del karma.
¿POR QUÉ LO HE LEÍDO?
A veces mi alma mortal necesita un descanso de magia, seres sobrenaturales y problemas en la vida. Cuando eso pasa, la lectura ligera y fácil de Elisabet Benavent suele ser el recurso al que acudo para evadirme de la realidad.
He leído varios libros suyos y los he disfrutado mucho. Me parecen intensos pero divertidos, con un toque trascendental, ágiles y bien de escenas cochinas. O sea, perfectos para cuando el mundo se te hace bola.
Como esta vez necesitaba una buena dosis de mamarracheo romántico divertido, no dudé en sumergirme entre sus páginas.
RESEÑA
Catalina es actriz, pero de esas que no trabajan de lo suyo, de las que tienen que compaginar mil cosas de mierda para poder mantenerse, y está harta. Un día, se le presenta una oportunidad que hará que cambie el rumbo de su suerte, y para que esto funcione, tendrá que interpretar el papel de su vida.
Se tendrá que convertir en alguien que no es, en un sector que no conoce y rodearse de personas que lo único que quieren es aprovecharse de ella.
La única opción que tiene para permanecer en el personaje que ha creado y que no descubran su secreto es pedir ayuda a un experto.
Mikel, un artista consagrado pero con una crisis de creatividad. Será su mentor y compañero en esta aventura, y aunque la ayudará a su manera, no le pondrá las cosas fáciles.
“El mundo ya es lo suficientemente cruel como para aferrarse a una mano que no te quiere coger.”
Así que la trama principal va de cómo Catalina, con la ayuda de Mikel, se hace pasar por alguien que no es sin que la pillen mientras entablan una relación bastante curiosa.
La ambientación se desarrolla en Madrid, concretamente en el barrio de Chamberí y me encanta, porque todo lo que describe es real. Habla de locales, calles, cafeterías y restaurantes que existen de verdad y por los que he pasado mil veces, así que no me ha costado nada imaginarme a los personajes transitando por allí.
Está escrito para no apartar los ojos de las páginas porque el ritmo es muy ágil y la lectura súper amena. A los personajes no paran de ocurrirles cosas, y ver cómo las resuelven te mantiene con la curiosidad metiendo prisa todo el rato. Además, la tensión que hay entre ellos engancha bastante.
Otra cosa que lo hace dinámico son los diálogos y las reflexiones internas. La forma que tienen de expresarse es muy real y eso te hace empatizar con ellos (y echarte unas buenas risas también).
El problema son las expectativas que nos creamos. Que pensamos siempre en futuro y conjugamos la felicidad en pasado, con lo que en el presente no nos encontramos nunca.
Los personajes protagonistas son como la noche y el día, y eso hace que se complemente entre ellos.
Catalina es una romántica que sueña cada semana con encontrar al amor de su vida mientras intenta triunfar en un mundo complicado. O sea, que va de hostia en hostia. Es posible que sus expectativas en la vida sean tan altas como un rascacielos y por eso toma decisiones que desde bien lejos se ven que están destinadas al fracaso, pero ella es una luchadora que no se rinde.
Al principio me costó un poco entenderla, pero conforme la fui conociendo mejor, vi cómo evolucionaba y me fue imposible no empatizar con ella.
Mikel es un artista multidisciplinar consagrado y valorado en su mundo, pero tiene una crisis inspiracional que lo lleva por el camino de la amargura. Me gusta lo sincero y coherente que es, y la importancia que le da a su trabajo porque lo considera el amor de su vida.
Es un poco borde y seco, pero luego se preocupa por lo que considera importante y tiene detalles que muestran que debajo de esa máscara de hostilidad hay una persona sensible.
Porque el amor no duele, pero el desamor nos azota a todos alguna vez en la vida.
A los personajes secundarios les falta chicha y sentido. No aportan demasiado porque son poco elaborados y la relación que tienen con los protagonistas es superficial.
Por un lado tenemos a las compañeras de piso de Catalina que parecen un adorno porque no sabemos absolutamente nada de cómo son ni de por qué hacen lo que hacen.
Luego está Eloy, el marchante de arte, que es el malo de la película porque se comporta como un capullo, pero es tan de manual y tiene unas motivaciones tan básicas que no es creíble. Tampoco cuela que Catalina tenga tanto carácter con el resto de los mortales y con él, que es un red flag tamaño industrial, se achique tanto.
Y por último está la madre, que aparece poco, pero cuando lo hace es la voz de la conciencia pero en tono hippie consejero. Ella no está mal.
A veces no te entristece un hecho en sí, sino que este haya asesinado la esperanza que lo sostenía.
Los giros argumentales no me han sorprendido demasiado. Creo que es predecible todo lo que va a pasar, porque tiene que ser así, pero la forma en la que ocurre es bastante aceptable.
Tal vez hubiera agradecido algún plot twist que me descolocara un poco para no encontrar tantas similitudes con la estructura de los otros libros de la autora.
El final me ha parecido bastante flojo e incongruente con la línea que estaba siguiendo la historia, pero no por cómo acaba, sino por la forma en la que está escrito.
Sólo se centra en la trama romántica y el resto de personajes es como si no hubieran existido. Además, todo pasa de una forma bastante absurda que no pega nada con el carácter de los protagonistas.
Preocuparse en exceso por los deseos de los demás, y aparcar los nuestros, es la manera más eficaz de ser infeliz. No se trata de egoísmo, sino de amor propio.
Mi sensación es como si le hubieran dicho a la autora que tenía 15 páginas para terminar y lo escribiera todo de manera precipitada.
Y aunque ese desenlace baje un poco la opinión general del libro, no cambia el hecho de que ha sido muy divertido leerlo.
No es una historia profunda que derrumbe los esquemas mentales, pero es de estas que devoras sin darte cuenta porque te hace pasar un rato agradable.
Y vosotros, ¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido? Os leemos en comentarios y en nuestras redes sociales.