
Sinopsis:
Evelyn Couch vive una existencia gris. Es una mujer de mediana edad, acomplejada y totalmente frustrada con todo lo que la rodea. Sin embargo, la manera de ver el mundo que tiene una persona puede cambiar cuando menos se lo espera. En una visita al asilo donde reside la madre de su marido, Evelyn conoce a la anciana Ninny Threadgoode, que le empieza a explicar cosas de un pequeño pueblo llamado Whistle Stop, cuya vida giró un tiempo en torno a un café. De pronto, a Evelyn se le abre una luminosa ventana al pasado por la que entra un aire de una frescura desconocida para ella. Remontándose a finales de la década de 1920, Ninny explica historias cuyas protagonistas son Idgie y Ruth, dos espíritus sensibles, alegres y llenos de una admirable energía vital, que saben sobreponerse a las dificultades y saborear el gusto por la vida. Tomates verdes fritos aborda temas tan difíciles como la discriminación de la mujer, el racismo, el lesbianismo, la miseria o el alcoholismo y, a pesar de eso, es una de esas novelas optimistas en las que, como por arte de magia, todo encaja a la perfección y acaban cautivando al lector.
¿Por qué lo he leído?
El único motivo por el que he leído este libro es porque es uno de los favoritos de una de mis amigas y me lo regaló.
Yo nunca lo habría elegido por iniciativa propia, ya que es algo totalmente alejado de mi zona de confort, pero ella dice que está harta de que lea siempre lo mismo y que cambiar de género me iba a venir bien, y tenía toda la razón.
Reseña
Este libro trata de una mujer que es infeliz con su vida, y que un día cuando va a ver a su suegra a la residencia de mayores, conoce a una señora que le empieza a contar su vida.
Cada semana descubre algo nuevo de la gente del pueblo donde vivía, y poco a poco, su manera de ver el mundo cambia.
Es una historia, que aunque está contada con un tono alegre y optimista, trata temas sociales muy importantes, como son el racismo, la homosexualidad, los malos tratos, la depresión, la muerte… todo esto en los años 20.
Es una lectura muy agradable de principio a fin porque no es un libro que quieras leer rápido para saber cómo es el final.
Cada capítulo se disfruta con calma mientras vas conociendo poco a poco a los personajes, ves como crecen, conoces su historia y al final es imposible no cogerles cariño.
Mis favoritas son Idgie y Ruth, sin duda, pero ellas no serían lo que son sin toda la gente que las rodea.
La forma en la que narra el paso del tiempo, para bien y para mal, me ha hecho reflexionar mucho, y aunque tengo que reconocer que en el final me he emocionado más de lo que esperaba, la sensación que deja al acabar es muy bonita.




