¿Qué dice la sinopsis?
Tras rescatar a su amado Tamlin de la malvada reina Amarantha, Feyre regresa a la Corte Primavera con los poderes de una Alta Fae. Pero no consigue olvidar los crímenes que debió cometer para salvar al pueblo de Tamlin… ni el perverso pacto que cerró con Rhysand, el Alto Lord de la temible Corte Noche.
Mientras Feyre es arrastrada hacia el interior de la oscura red política y pasional de Rhysand, una guerra inminente acecha y un mal mucho más peligroso que cualquier reina amenaza con destruir todo lo que Feyre alguna vez intentó proteger. Ella deberá entonces enfrentarse a su pasado, aceptar sus nuevos dones y decidir su futuro.
¿Por qué lo hemos leído?
El final de Rosas y Espinas deja la trama bastante cerrada, salvo por un punto, así que no entendíamos la causa del hype monumental que había con el resto de los libros.
Nosotras, que somos muy de comprobar las cosas por nosotras mismas, dijimos “pues chica, habrá que leer para ver si merece tanto la pena, ¿o qué?”
Eso lo dijimos un día y a la semana siguiente nos habíamos acabado la saga.
Así que no sólo mereció la pena leerlo, sino que además, aprendimos que lo importante no es querer mucho, sino querer bien. Que para conocer la verdad hace falta escuchar todas las versiones y a veces eso duele. Y que el amor (en todas sus vertientes), son acciones y no palabras.
Reseña
La historia empieza en la Corte de Primavera. Han pasado unos meses desde que Feyre rompiera la maldición y liberara a todos los Fae de la hija de puta de Amarantha. Feyre está pasando por un momento de aceptación de todo lo ocurrido bajo la montaña y de todo lo que tuvo que hacer para liberar al pueblo. Además, su tormento aún no ha acabado porque debe cumplir su pacto con Rhysand.
“Y tal vez eso funcionaba para la que yo era antes. Tal vez no funciona para…, para quien soy ahora.”
Todo sucede entre la Corte Primavera y la Corte Noche. Parece que tras matar a Amarantha todo va a ser felicidad, pero NO. La guerra está a punto de empezar, una guerra que no solo afecta a los Fae sino también a los humanos. Se necesitan alianzas, pactos… también se necesita debilitar de alguna manera al otro bando de la guerra. Y ahí empieza todo. Nos sumergimos de lleno en una trama de supervivencia, y en múltiples subtramas donde la política, los secretos, la manipulación y el poder entran en juego. Todas y cada una de las cosas que suceden son importantes y todo tiene un por qué… en este libro amigas, no se da puntada sin hilo.
Pese a no ser un libro de muchísima acción, el ritmo no da lugar ni a cumplir las necesidades básicas. Es tan magnético todo, que simplemente no podíamos despegar los ojos de las páginas.
Tiene ese punto de ansiedad por saber qué va a pasar, o cómo va a suceder, que engancha de manera inevitable. Hay secretos, mentiras, misterio, estrategias, tensión sexual… Lo tiene todo para apagar el mundo desde el inicio hasta el final.
“Para mi, todavía ahora, hay días buenos y hay días duros… No dejes que ganen los duros.”
Los personajes sufren una evolución y profundizamos mucho más en conocerlos, tanto a los protagonistas como a personajes que a penas salían en el primer libro.
Feyre: se da cuenta que no es la misma que cuando llegó por primera vez a la corte Primavera, su evolución es impresionante durante todo el libro. La lucha interior de superar todo lo que ha sucedido, aprender quien es ahora y qué es lo que puede hacer. Es todo un crecimiento de una mujer empoderada y fuerte. Ella es la protagonista que nos merecemos.
Tamlin: no sabemos si de este personaje podemos hablar de que hay evolución o simplemente nos ha mostrado su verdadera forma de ser. Y aunque había ciertas pinceladas en el anterior libro, en este hemos descubierto al verdadero Tamlin. No es oro todo lo que reluce, y el ejemplo es EL. Donde antes había acciones de protección ahora hay acciones de control y de egoísmo.
Rhys: en el primer libro no sabíamos qué pensar de él, nos gustaba y a la vez no nos gustaba. Teníamos sentimientos encontrados con este personaje. Pero en este libro, nos tiene totalmente enamoradas. El motivo de sus acciones, el por qué hace ciertas cosas o cómo se comporta… Rhys es el claro ejemplo de que no se puede juzgar a alguien con la primera impresión si no que hay que profundizar en él para entenderlo. Nosotras lo hemos entendido y lo amamos.
Los nuevos personajes secundarios, son amor. Todos y cada uno de ellos, hasta del que no te fías o no sabes nada. Son complementos perfectos para la historia, aportando además de un aura de misterio, información para la trama, unas subtramas maravillosas y unos diálogos sumamente necesarios.
«La cuestión no es si te amaba, la cuestión es cuánto. Demasiado, te amaba. El amor puede ser veneno.«
Los puntos de giro son como montarte en una montaña rusa llena loopins sin cinturón de seguridad. La sensación de estar en caída libre con cada sorpresa ha hecho que casi desgastáramos las páginas de las veces que hemos tenido que releerlas para poder asimilar todas las cosas que pasaban.
Incluso las subtramas que preveíamos cómo iban a acabar, nos impactaron de alguna manera por la forma que se desarrollaban.
El final es de infarto, todo lo que podía suceder, SUCEDE. Y de qué manera. La manera que tiene de escribir la autora hace que entiendas exactamente lo que están sintiendo los personajes. El dolor, el sufrimiento, la ansiedad… El final de este libro es un viaje de sentimientos.
“El amor… el amor era un bálsamo tanto como un veneno”
Nos parece unos de los mejores finales que hemos leído en mucho tiempo, y por supuesto, lo siguiente que hicimos fue despedirnos del mundo en el que vivimos, y coger el siguiente libro.



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