
¿Qué dice la sinopsis?
En las tenebrosas minas de sal de Endovier, una muchacha de dieciocho años cumple cadena perpetua. Es una asesina profesional, la mejor en lo suyo, pero ha cometido un error fatal. La han capturado. El joven capitán Westfall le ofrece un trato: la libertad a cambio de un enorme sacrificio. Celaena debe representar al príncipe en un torneo a muerte, en el que deberá luchar con los asesinos y ladrones más peligrosos del reino. Viva o muerta, Celaena será libre. Tanto si gana como si pierde, está a punto de descubrir su verdadero destino. Pero ¿qué pasará entretanto con su corazón de asesina?
¿Por qué lo hemos leído?
El día que terminamos la saga ACOTAR, le juramos amor eterno a Sarah J. Mass para que hiciese con nuestros corazones croquetas si le apetecía.
Su forma de contar historias nos conquistó para siempre, y desde entonces queremos leer todo lo que salga de su cabeza, incluída la lista de la compra.
Sabíamos que Trono de Cristal era su primera saga y nos moríamos de ganas de leerla, pero también nos daba un poco de miedo. Al ser los inicios de la autora, no sabíamos si iba a estar a la altura de nuestras expectativas infinitas, y que la historia sea más larga que un día sin pan, nos asustaba.
Pero nuestra ansia ganó al miedo, así que nos dispusimos a coger un barco rumbo a Erilea.
Reseña
La trama inicial es sencilla. Celaena es una presa condenada por múltiples asesinatos (entre otras cosas) en una mina de esclavos.
Un buen día, aparece el príncipe de Adarlan para pedirle que sea su luchadora en un torneo a vida o muerte. Si gana, será la Asesina del Rey (su sicaria personal) y al cabo de unos años tendrá la libertad.
«El valor del corazón es algo muy infrecuente. Deja que te guíe»
Evidentemente, si a una esclava le ofrecen libertad, ella dice «of course baby, give me more», y de repente el argumento se convierte en un remix de “Los Juegos del Hambre” y “Las doce pruebas de Asterix”, con la peculiaridad de que nada es lo que parece, ni nadie quién dice ser, osea, que van de secretos hasta arriba y para nosotras es un match.
La ambientación es maravillosa porque describe al detalle un universo medieval creado de cero, Erilea.
Esta primera parte transcurre en uno de sus territorios, Adarlan, nos movemos entre el castillo de Rifthold y las minas de Endovier.
Es increíble cómo te transporta de un sitio a otro, transladándote o a un castillo poderoso o a una mina de esclavos, porque puedes incluso oler el lujo o la putrefacción que envuelve a los personajes.
Detalles acerca del vestuario, la climatología o la magnitud de espacios hacen que pases del sofá de tu casa a la mente de Sarah J. Mass en medio párrafo, y ver lo que lees, siempre es un punto muy a favor.
«Todos tenemos cicatrices»
Estamos en el inicio de una saga de siete libros y tres eternidades, así que el principio tiene que ser lento si o si (como todos los inicios de sagas). Es el momento de entender dónde estamos, conocer a los personajes (sus historias y motivaciones) y saber en qué momento se encuentra cada uno.
Al tratarse de un libro introductorio, el ritmo inicial es más denso, que no aburrido, pero a lo largo de la historia la tensión y la acción van en aumento.
«Las bibliotecas estaban llenas de ideas, quizá las armas más peligrosas y poderosas de todas»
Los personajes no pueden ser más diferentes entre sí. Y aun no tenemos claro si nos caen bien, regular o mal. Nos ha costado un poco empatizar con ellos (y no ha sido por ganas).
- Celaena: ella es la Badass, (haciendo un Bad Gyal de “he vuelto zorras” en el palacio, que nos parece MARAVILLA). Nos cuesta entenderla, ya que es una caja de sorpresas y secretos. Nosotras solo queremos abrirla y ver que hay dentro, pero la tía está cerrada herméticamente. Su lengua viperina nos ha sacado más de una sonrisa y conocer su pasado se ha convertido en un requisito fundamental para entender ese carácter fuerte e insolente.
- Dorian: Es el príncipe heredero, y como príncipe adecuado para nuestro gusto es guapo, fuerte, políticamente incorrecto y mujeriego. Nos encanta que sea descarado y que se lleve tan mal con su padre. Seguro que además es republicano.
- Chaol: es Capitán de la Guardia Real y su lealtad hacia la corona nos ha sacado un poco de quicio, porque su honor va por encima de sus principios y eso le hace parecer un perrito faldero. Parece serio, protector y moralista, pero tiene un punto irónico con Celaena que nos ha hecho mucha gracia.
«No le debe lealtad a nadie salvo a sí misma, y no vacilará en atravesarte el corazón con un cuchillo»
Los secundarios son geniales, incluso nos han gustado más que los principales. Nos hemos enamorado de Nehemia, y solo queremos abrazarla y ser amigas de ella para siempre.
No tenemos muy claro quién es el más malo de todos, más que nada porque todos tienen un aura maligna que no sabemos por dónde pillarla.
¿Qué nos gusta?, POR SUPUESTO, ¿qué nos confunde? PUES TAMBIÉN.
Los giros argumentales no son de infarto, porque al ser el inicio de una saga larga, todo se desarrolla de forma tranquila y pausada, para que se entienda bien.
Quizá las resoluciones de los conflictos fueran un poco previsibles y no nos sorprendieron tanto como esperábamos, pero conociendo a Sarah J. Mass, sabíamos que en algún momento algo gordo iba a pasar, y pasa.
«Podrías alcanzar las estrellas. Podrías hacer cualquier cosa que te propusieses. Y muy en el fondo, lo sabes. Eso es lo que más te asusta»
El final ni es apoteósico, ni el mejor que hemos leído. Es un desenlace que te marca el camino de lo que está por venir.
Al igual que con la primera parte de la saga ACOTAR, cuando acabas, puedes incluso llegar a pensar que es una historia autoconclusiva, pero ¡ay! amiguis…. no sabéis dónde os estáis metiendo…
Porque aunque este libro no cumpliera nuestras expectativas infinitas, es solo el principio de una historia que a nosotras ya nos tiene totalmente conquistadas.



Y vosotros, ¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido? Os leemos en comentarios y en nuestras redes sociales.
Un comentario sobre “Trono de Cristal – Sarah J. Maas”