
SINOPSIS
TODO PROYECTA UNA SOMBRA. INCLUSO EL MUNDO EN EL QUE VIVIMOS. Y COMO OCURRE CON TODA SOMBRA, HAY UN LUGAR DONDE ESTA SE UNE CON LO QUE LA GENERA.
Lo único que Olivia Prior conserva de su pasado es el diario de su madre. Entonces recibe una carta invitándola a regresar a Gallant, su hogar. Pero cuando llega, nadie la está esperando.
Sin embargo, Olivia no está dispuesta a marcharse. No importa si su primo Matthew es desagradable con ella, o si ve espíritus rondando por los pasillos.
Olivia sabe que Gallant oculta secretos, y está decidida a descubrirlos. Cuando cruza una pared en ruinas, llega a un lugar que es Gallant, pero que a la vez no lo es.
La mansión se está desmoronando, los espíritus son sólidos y una misteriosa figura lo gobierna todo.
Olivia siempre ha querido pertenecer a algún lugar, pero ¿tomará su lugar como una Prior, protegiendo a nuestro mundo contra el Señor de la Casa? ¿O bien ocupará un lugar junto a él?
¿POR QUÉ LO HEMOS LEÍDO?
El motivo principal por el que elegimos este libro fue porque pensamos… ¡bua…tiene que quedar increíble en la estantería!.
Las novelas góticas no suelen encabezar nuestra lista de deseos, pero la sinopsis tenía pintaza porque nos recordó un poco a Los Mundos de Coraline y Stranger Things en modo tétrico, victoriano, oscuro y fantasmal.
Además, llevábamos tiempo teniéndole ganas a la autora y habíamos leído muy buenas críticas de este libro. Así que pese a ser una historia totalmente diferente a las que estamos acostumbradas a leer, la empezamos con muchas ganas.
RESEÑA
Olivia Prior es una niña muda, que ve fantasmas, vive en un orfanato, y lo único que tiene de su familia es el diario de su madre. En él hay cartas de amor, de dolor y una clara indicación hacia ella, mantenerse lejos de Gallant.
Ansía tener un hogar y pertenecer a una familia, por eso, cuando le llega la carta de su tío invitándole a la casa familiar (Gallant), olvida la orden de su madre y va allí sin pensarlo.
Nada más entrar se da cuenta de que algo no está bien. Un aura oscura rodea la casa y a las pocas personas vivas y muertas que allí habitan. Nadie le explica qué es lo que pasa, pero pronto descubrirá que ese lugar está lleno de misterios que afectan directamente a su familia y que están acabando poco a poco con ellos.
A los que buscan puertas, son valientes para abrir las que encuentran y a veces osados para crear las suyas propias.
Así que la trama principal trata de cómo Olivia descubre los secretos de Gallant e intenta romper la maldición que lleva años persiguiendo a los Prior.
La ambientación hace que nos traslademos directamente a los lugares que describe la autora y a la atmósfera que ha creado para ellos.
Ayuda mucho que en la portada podamos ver directamente cómo es Gallant por fuera, con ese toque victoriano tétrico que suena a puerta chirriante. Pero no sólo es así exteriormente. En el momento en el que ponemos un pie dentro, sentimos que el aire que se respira está lleno de secretos y misterios. Nos ha encantado, pero si tuviéramos que dormir allí, necesitaríamos un kilo de somníferos.
El ritmo es lento, pero no porque sea aburrido, sino porque es una lectura que necesita su tiempo para ser saboreada.
Transcurre de forma lineal, haciendo que te metas poco a poco en la boca del lobo y disfrutes del proceso de llegar hasta allí. Así que pese a su densidad y su falta de diálogos, leer lo que Olivia va descubriendo y las cosas que le pasan por buscar la verdad, genera intriga.
“A salvo” no significa “feliz”, no significa “bien”, no significa “que te traten con amabilidad”.
Olivia es la única protagonista de la historia y todo lo que sabemos y descubrimos lo hacemos gracias a ella y al diario de su madre. Aunque es una niña, es muy madura, tiene un sentido de la responsabilidad muy elevado y no tiene miedo a nada. (Es lo que tiene vivir rodeada de espíritus.) Su deseo es pertenecer a una familia, por eso, es vital descubrir los secretos que la rodean para poder ayudarles.
Los personajes secundarios, como el primo Matthew o los trabajadores de la casa, añaden tensión y misterio al argumento porque sabes que tienen un comportamiento determinado por los secretos que guardan.
Y como villano, o algo peor, tenemos al Señor de la Casa, la oscuridad y maldad personificada. Tiene un ejército de sombras y lo único que quiere es salir al mundo real para consumirlo. Da bastante mal rollo.
Lleva aquí el tiempo suficiente para saber que no importa lo que desee. La única forma de salir es que te quiera otra persona.
Los giros argumentales no son de infarto, porque la acción que hay no te lleva a ese punto. Cada descubrimiento de Olivia es un avance en la historia, y eso genera más satisfacción que ansiedad.
Algunas cosas sorprenden poco pero no porque sea predecible, sino porque tienen que ser así para obtener respuestas y que la trama avance.
De cara al final la tensión aumenta bastante. Eso no hace que el libro coja mayor velocidad, pero sí que la urgencia por saber que va a pasar crezca exponencialmente. La forma que tiene de acabar es muy acorde al resto del libro, y eso nos ha parecido muy coherente aunque quizá poco sorprendente.
El cansancio puede ser una especie de enfermedad si dura lo suficiente.
La verdad es que es un libro totalmente diferente a lo que estamos acostumbradas a leer, pero nos ha gustado mucho aparcar momentáneamente la acción y la magia para disfrutar de este tipo de literatura.
Tal vez no sea de esas lecturas que sirvan para cualquier momento, porque puede hacerse un poco lenta o pesada, aunque a nosotras, esa pausa nos ha parecido muy acertada para entrar en la atmósfera de la historia.



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