
Sinopsis
Tras descubrir que Oak es el legítimo heredero de Faerie, Jude hará lo posible por mantener a su hermano pequeño a salvo. Para ello, se ha convertido en el poder a la sombra del reinado de Cardan. Sin embargo, Cardan hace todo lo posible por humillarla y menospreciarla a pesar de que su fascinación por ella sigue intacta. Cuando es más que evidente para Jude que alguien cercano a ella pretende traicionarla, tratará de averiguar de quién se trata mientras lucha por mantener a raya sus sentimientos por Cardan.
¿Por qué lo he leído?
El final de El Principe Cruel nos dejó un poco ¡meh! porque nos pareció que pasaba todo sin demasiado sentido y de forma precipitada.
Sin embargo, había subtramas muy interesantes que quedaron abiertas, igual que nuestras esperanzas porque la trilogía mejorara.
Reseña
Tras el “magnífico” plan de Jude para salvar a Oak de los peligros del reinado y manipular a Cardan para que sea rey sin su consentimiento, ahora es ella quien da las órdenes pero en la sombra.
Obviamente os podéis imaginar lo bien que se toma Cardan lo de obedecer a una simple mortal, por mucho que hubiese habido un acercamiento entre ellos…
Los ecos de la guerra con sus respectivas traiciones rondan por Elfhame, así que la trama principal trata de como Jude intenta que el reino no se desmorone.
Las subtramas son mucho más complejas. Entramos en un “juego” de reyes y princesas, de guerras y conflictos de intereses.
Estamos rodeadas de mentiras, pactos, verdades a medias y traiciones.
Nosotras amamos este tipo de subtramas, ya que no saber de quién te puedes fiar nos ha puesto nerviosas en más de una ocasión pero con una sonrisa en la cara.
Es mucho más fácil conseguir poder que aferrarse a él
La ambientación es un poco más de lo mismo que en el libro anterior, pero esta vez conoceremos algo más del mapa, como el mundo de Inframar, que también os decimos que dado lo que conocemos de ahí abajo preferimos no volver, igual que a la torre de los lamentos, que tampoco nos parece un lugar muy acogedor para pasar una temporada.
Seguimos conociendo cómo funciona el reinado de Elfhame y su círculo principal de consejeros, con todos los “líos” que existen en el gran palacio.
La ambientación es más compleja, porque existen mayores embrollos en la política y las diferentes cortes (inferiores y superiores).
Con respecto a los personajes, vemos evolución y mayor complejidad en ellos. Si que es verdad que nos sigue pareciendo que tienen poco carisma, pero la dualidad que presentan todos entre lo moralmente correcto y lo que no, es algo que nos gusta mucho, ya que aquí no hay malos ni buenos, simplemente personajes complejos con matices que se mueven por sus propios intereses.
En Jude vemos un gran cambio por el poder que ahora lleva consigo. El problema es que va de sobrada y al final todo pasa factura y va generando más enemigos que amigos. Es un personaje que aunque nos ha sorprendido en algún momento nos ha dado más pereza que alegrías. Ya que aunque hay algunas cosas que entendemos hay otras muchas que no.
Con Cardan hemos estado confusas porque no sabíamos a cuál de sus personalidades nos íbamos a encontrar cuando aparecía en un capítulo, si el que estaba rodeado de seres en una orgía pasando de gobernar o el que mandaba a tomar por culo a mitad de sus consejeros porque no estaban a la altura de sus intereses.
Eso al principio nos generaba cierta intriga y ganas de desenmascararlo para conocerlo en profundidad, pero llegó un punto en el que no entenderlo nos sacó un poco de la historia, más que nada porque ciertas acciones o relaciones que tiene con personajes no se entienden y parecen surgidas por arte de magia.
Reconocemos que los personajes principales ganan gracias a los secundarios, que le dan muchísimo más juego a sus relaciones que a la que hay entre Jude y Cardan.
Los miembros de la corte de las sombras han sido uno de los grandes descubrimientos en este libro, los conocemos más en profundidad y gracias a ellos nuestro interés tanto en Jude como Cardan crece un poco.
Madoc nos parece un personajes interesantísimo al que no se le está sacando todo el potencial que tiene, y eso nos da muchísima rabia.
Te gusta jugar con nosotros. Accionar los hilos y ver cómo danzamos.
El ritmo es más ágil que El Príncipe Cruel. Quizás sea porque todo lo que pasa nos parece interesantisimo. Hemos tenido la sensación de que las cosas cada vez se vuelven más oscuras haciendo que la intriga sea mucho mayor.
Además los capítulos son más cortos y los diálogos amenos, por eso aunque no hay grandes momentos de acción, el libro no presenta tantos altibajos como el anterior.
Algunos puntos de giro se veían venir desde la portada, también os decimos que no nos importaron demasiado, ya que si no hubieran pasado nos habríamos cabreado.
Otros nos los comimos básicamente por ir de listas, porque así somos. Pensamos que sabemos que va a suceder en todo momento, pero somos simples mortales que se equivocan constantemente.
«Si los deseos fueran caballos —solía decir mi padre mortal—, los mendigos cabalgarían»
El final no nos lo esperábamos y eso nos sorprendió para bien, porque aunque no vimos venir un desenlace así, cuadra totalmente con la historia y tiene sentido.
Además, es una hostia de realidad para ciertos personajes que ya era hora de que espabilaran.
En general nos parece que este libro ha mejorado notablemente la saga y nos ha parecido más entretenido e interesante que el primero.
Es cierto que hay cosas que nos siguen molestando, pero la complejidad y oscuridad que está cogiendo la historia nos gusta, a pesar de que muchas tramas se resuelvan de manera precipitada.



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